Por lo general, estamos tan centrados en hacer dinero que olvidamos nuestro propósito y nuestro talento y todo esto se refleja en nuestros bolsillos.
Nos dedicamos a algo que no nos llena, todo con tal de ganar más y de aumentar nuestras ganancias y así sólo conseguimos quemarnos en un trabajo que no nos gusta.
Nos han dicho que el mejor trabajo es aquel en el que te pagan mucho, da igual las horas que hagas, si eres feliz o no, cuando lo que se debería enseñar es a amar lo que se hace y a hacer dinero gracias a ello.
Un pequeño cambio de tuerca que lo cambia todo, porque el dinero es energía y la energía se puede atraer.
Si tú mantienes niveles de energía altos, el dinero fluye hacia ti automáticamente.
¿Cómo pretendes mantener tus niveles de energía alto si no haces lo que te gusta en tu día a día?
Por eso necesitamos tomar consciencia de cuáles son nuestras emociones, aprender a entenderlas y a gestionarlas.